Un Viaje en el Metro

La verdad es que amo el metro, me gusta mucho viajar en este transporte público, pero hay ciertas cosas que no me gustan y que llegan a ser detestables cuando tienes que hacerlo ya no por el gusto, sino por la necesidad y al mismo tiempo por la obligación de llegar al trabajo, escuela o cualquier sitio

Pero bueno, ¿Qué esperaba? miren que por dos pesos mexicanos (Aproximadamente un cuarto de dólar) no puedo pedir demasiado. Y es que el precio real del metro es de 10 pesos (Casi un dólar) pero el gobierno de México subsidia 8 pesos y es por ello que cuesta 2 pesos. (Si no entienden el significado de subsidio, no estaría de más que googlearas)

Bueno, el caso es que ya opte por ser rudo en el metro. Regularmente soy la persona más decente de este planeta cuando estoy abordo, pero es que ¡no es justo! ¡la gente no es ni 2 octavos de decente de lo que yo soy!,entran y quieren salir, por lo que no puedes entrar a gusto, quieres salir y la gente a la fuerza quiere entrar... Todos queremos llegar a nuestros destinos, todos llegaremos invariablemente de una forma u otra, pero parece que eso no lo entiende nadie y entre empujones, golpes, codazos y hasta patadas tienes que abrirte paso para poder entrar o salir. De la ventilación ni hablamos por que estade más decir que el calor humano no es el mejor bouquet (XD) que se pueda oler y menos en horas pico

Pero mi paciencia se ha colmado cuando estoy entrando con una maleta enorme, enorme y si la gente esta viendo que tengo semejante paquete por lo menos haces un intento por hacer espacio. No, eso no pasa y me parece que es mucho pedir... al contrario, parece que les he dicho que no me dejen entrar y que se extiendan lo más que puedan, al grado de tener a una señora no muy agraciada, enfadada y además de todo ordinaria, jalandome de mi sudadera y sacando lo mucho o poco que ya llevaba dentro del vagón, sólo por que ella iba primero. (¿En que momento?

So... mis medidas son las siguientes: Extender los brazos ampliamente de forma que los codos queden a la altura de los hombros, posición de tacleo y !listo! entrar o salir del metro será un éxito y nada comparado con la majadería de esta señora, que quien la fuera a ver, de traje sastre, bien peinada y bolsa en mano, pero si fuese jugadora de futbol americano, si se anda llevando a dos que tres cristianos a su paso. Creo que fue su profesión perdida....

En fin... es toda una hazaña entrar al metro, pero sin embargo cuando no hay mucha gente, es divertido y hasta curioso. Luego escribo otra entrada del metro, que me da mucho material para escribir