Tiempo al tiempo

Crecí con esta frase durante toda mi vida, la escuché de mi madre infinidad de veces sin comprenderla, la escuché de mis hermanas, de mis primos, de mis tíos y no la entendí hasta que la viví. 

Muy frecuentemente me he leído en este espacio y cada vez que lo hago me sorprende la cantidad de basura que uno puede escribir cuando tiene acceso a una computadora y al mágico mundo del internet. No es que le llame basura a mis memorias, pero vale, tampoco son las entradas más guay que jamás se hayan escrito antes. Creo que lejos de sentir vergüenza, me leo y sonrío nostálgicamente; en alguna entrada anterior lo mencioné y lo sigo sosteniendo: no borraré nada de lo que hay aquí porque eso es lo que era en el momento en el que lo escribí y esa fue una parte de mi vida, por mucho que cambie ahora o por mucho que no sea ni la mitad de buena o mala de como lo es ahora. Me resulta curioso, quizá es sólo eso... ¿nostalgia? ¿curiosidad? ¿anhelo? 

Han pasado dos años desde que estuve aquí por última vez. Han pasado infinidad de cosas en mi vida que he dejado sin registro, he pasado por mucho, por tanto.... que en este momento sólo pienso en esa frase que titula a esta entrada: Tiempo al tiempo. Mi blog ha sido mi fiel compañero de desveladas, tanto para las entradas públicas, como para las que sólo guardo para mi y aun cuando no me he pasado por aquí en mucho tiempo, sigue estando aquí, esperando a que corran nuevos ríos de tinta digital y deje para la posteridad nuevas vivencias, nuevos recuerdos. 

Pienso también en el que el tiempo es el mejor medicamento que se puede uno tomar. A conciencia sabes que no haces nada o poco, pero con el paso del mismo tiempo descubres que no todo en la vida es basado en decisiones. Hacer nada también es una decisión y en algunos momentos, sólo en algunos, también puede rendir frutos. 

No recuerdo a ciencia cierta siquiera que era de mi en el 2013; esta semana he tenido mucho tiempo para pensar en mi pasado y en todo lo que se avecina para mi en el futuro, en mi presente, en lo que ahora vivo y en lo que ahora quiero y creo que han cambiado mucho mis convicciones desde la última vez que estuve aquí y este momento. En verdad, me resulta nostálgica la situación, porque más que un pasatiempo, estar aquí es darme tiempo, es dedicarme un par de horas y establecer contacto con el mundo, ese mundo de personas a las que jamás conoceré, pero que sin embargo por alguna extraña razón terminan aquí. 

No importa... estoy seguro que todo tiene un por qué y todo sucede cuando debe de suceder. No antes, no después; sólo en el momento preciso. 

Sigamos, que mis promesas de escribir con frecuencia por este medio se han acabado.