Me pongo a pensar en los siglos pasados en donde la gente con los recursos necesarios y hambrientas de conocimiento tenían que estudiar tres,cuatro o las ciencias que se pudiesen para poder entender su entorno y modificarlo, aportando de esta forma nuevos datos y en algunos casos rompiendo por completo los paradigmas ya establecidos, pero los cambios que desde hace ya mucho tiempo hemos venido sufriendo nos han forzado a cambiar el estilo de vida y la concepción de la misma.
Algo tan “sencillo” como recibir una formación educativa de calidad o al menos útil es para muchos en estos momentos un “lujo” del que definitivamente no todos pueden gozar. Ese “algo” relativamente necesario es ahora un cuestionamiento que todos deben hacerse si es que se quiere pretender construir una vida “bien” para cubrir las necesidades más indispensables y si se tiene suerte y los recursos necesarios, entonces se podrá asegurar un “éxito” completo.
Siempre la educación ha sido costosa, difícil de alcanzar para muchos y destinada a un grupo selecto de las sociedades de toda época, pero… pero… ¿Por qué no apostar por esta rama y brindar los recursos necesarios que serán como una inversión a largo plazo? ¿Por qué limitar el conocimiento y limitar los recursos destinados a este?
Me centro en un sólo punto. La UNAM. Estadísticamente no sé cuantas son las personas que quieren ingresar por año a esta institución, pero si sé que son más y más las personas que lo pretenden. Si sabemos que somos muchas las personas que quieren ingresar y son pocos los lugares, por qué el Gobierno no ayuda a la construcción de más campus y de esta forma evitamos que los futuros universitarios de otros Estados de la República se quieran venir a la Ciudad para poder recibir educación.
Veo con que facilidad el Gobierno puede “expropiar” terrenos para la construcción de vías de transporte nuevas, pero es incapaz de poder hacerlo para poder construir un campus de la UNAM. Recientemente se abrió en el Estado de Guanajuato un campus de la UNAM (Y creo que el primero en su tipo, después de las FES) en donde el costo total de este proyecto fue de 600 millones de pesos mexicanos, pero también puedo ver otra noticia en donde nos dicen que la “Famosísima” Estela de Luz tuvo un costo que asciende los 1,575 millones de pesos. (WTF!)
CAMPUS DE LA UNAM: Si suponemos que un nuevo campus en otra región tendría un costo similar o ligeramente superior, tendremos casi el mismo alcance que con el Campus Guanajuato en donde ya se cuentan con 12 carreras y beneficiando a 15 mil alumnos.
ESTELA DE LUZ: Tuvo un costo total de 1,575 millones de pesos. Esta misma cantidad se pudo utilizar para construir dos campus iguales o similares al de Guanajuato y dejando aún dinero para poder iniciar la construcción de otro, sin embargo, tenemos como resultado un “Monumento” que celebra el bicentenario de la Independencia de México y del cuál ya me queje amargamente de eso en esta entrada.
¿Se pueden dar cuenta de este alcance?
¿Se imaginan que en vez de construir un monumento que sirve para dos cosas: para nada y para lo mismo se hubiesen podido edificar 3 nuevos campus universitarios “Del Bicentenario”?
Sería algo similar como decir que habría cerca de 45 mil alumnos en territorio mexicano con la posibilidad de recibir una educación gratuita y de primer nivel. Sería tal vez un recordatorio que nos diría cada vez que por cada 10 cosas malas que suceden en el país, también existe esa ilusión casi utópica de decir “También se puede hacer una sola cosa que beneficia a miles” y poder poner un “pero” positivo a la enorme lista negativa de acciones cometidas por este Gobierno.
Necesitamos una sociedad estudiantil con muchos cojones como los del México de 1968 o nuestros hermanos chilenos del 2011 que no se conformaron con una simple imposición política, sino que han luchado por lo que quieren, por sus derechos.
“Para callar un ideal, hay que callar primero al idealista”
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